Desde su fe católica, sueña con un mundo donde cada corazón descubra el amor infinito de Dios. No se conforma con la teoría; quiere llevar esperanza a quienes la han perdido, palabras a quienes buscan respuestas y una luz a quienes sienten que la oscuridad ha ganado. Su misión no es solo escribir, sino inspirar.

Pero George no se encierra en un solo camino. Su amor por la psicología lo ha llevado a comprender que la verdadera madurez no está en la edad ni en los títulos, ni mucho menos en la edad, sino en la capacidad de conocerse a uno mismo y a los demás para así aprender(se) a amar. Su vida es un viaje de aprendizaje continuo, y en cada página de sus escritos, deja un pedazo de su alma, con la esperanza de tocar la de quien lo lea, es decir llevar a Jesús a los corazones de quien lo necesita.

Amante de la música, el arte, el deporte, la literatura y todo lo que permita expresar la belleza de la vida, George no solo quiere compartir ideas, sino despertar emociones. Compone sus propias canciones y domina varios instrumentos, aunque su favorito es la guitarra, viendo en la música una forma de transmitir lo que las palabras a veces no pueden. También disfruta del dibujo, donde plasma su creatividad, y de la lectura, sumergiéndose constantemente en libros que nutren su mente y su espíritu. Escribir es otra de sus pasiones, pues cree que las palabras tienen el poder de transformar vidas.

Además, siente una vocación especial por enseñar y compartir conocimientos, disfrutando cada oportunidad de guiar a otros en su aprendizaje. Su amor por la vida también se refleja en su rutina: dedica tiempo a la oración, tanto en familia como en soledad, encontrando en Dios su fortaleza diaria. En sus momentos libres, disfruta trotar junto a sus perros, Hachi, Coffee y Max, a quienes considera sus hijos y compañeros de aventuras. La fotografía es otra de sus pasiones, especialmente capturar atardeceres, esos instantes en los que el cielo parece hablar con colores y luz. También practica ejercicio físico, buscando un equilibrio entre cuerpo y mente.

No estás solo en este camino. Y si decides emprenderlo con él, descubrirás que la justicia, la fe y el amor no son solo palabras, sino una forma de vida.